martes, 21 de abril de 2009

La respuesta de Moisés Muñiz

Queridísimos, mi intención con esta espístola no es sembrar el desazón
o la intriga, pues por mi decora, no me atrevería a tal cosa y mucho
menos dirigiéndome con la propia a tan ilustrado conjunto de
homogéneos; presto estoy como siempre, si es que esta expresión es
válida dentro mi inquietud, a cumplir fervoroso y apasionado a los
votos de tan privilegiada liga de las letras, los designios que la
madre de las musas nos tiene reservados en tan distinguido clan y para
más no decir, que también a entegarme al solaz con la indudable ayuda
de ciertas bebidas espirituales que esplendorizan las ocurrencias de
vosotros, hasta el punto de deslucir el idioma y el trato literario
que nos caracteriza, obligándonos a revolcarnos invariablemente con la
inmundicia que atañe a los simples mortales que nos rodean, tales como
aquellos seres motorizados y nereidas de la noche mecionados en
anterior misiva, que dicho sea de paso fue escrita por uno de aquellos
que reponde a mi más alta estima, respeto y consideración, y que sin
embargo es la razón de mis especulaciones en torno a este debate
interno que me mortifica hasta lo más profundo de mi alma llana y
simple.

Quisiera pues, luego de reconfirmar mi fiel asistencia este jueves 8
de enero del 2009 a las 10:00 p.m. en punto al encuentro con sus
agraciadas y merecidas personas, que alguno de ustedes (si por la
casualidad o la causalidad de las cosas el promotor de mis reflexiones
no acude a este llamado) responda a esta, mi interrogante que
martiriza mis sentimientos y me ha dejado frágil y confuso:

¿A qué os referís cuando decís, y cito literalmente, - Se aconseja que
alguno de los miembros traiga "posibles" si es que acaso falta Moisés
-.
¡Oh, amarga musa de los sinsabores! ¡Que palabra tan hiriente!

Os pido su pronta respuesta al respecto para conciliar mi cordura,

sin ninguna afectación por nuestra parte,

queda francamente de ustedes

su servidor entrañable de siempre,

el "posible" Moisés Muñiz.

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